sábado, 24 de septiembre de 2011

Expectativas


Si en algún momento de la historia debemos señalar el nacimiento de la Economía probablemente este sea la publicación en 1776 de "La Naturaleza y Causa de la Riqueza de las Naciones" de Adam Smith. No es que nadie antes se hubiera ocupado del estudio de cuestiones económicas, pero tal vez hasta Adam Smith nadie lo hizo de una forma tan específica. Adam Smith era un filósofo, como la mayor parte de los primeros economistas, desde John S. Mill, David Ricardo, o Karl Marx.

En algún momento del siglo XIX (¿la publicación de "A General Mathematical Theory of Political Economy" de Jevons en 1863?) el desarrollo de la teoría económica pasó a utilizar la herramienta matemática como principal sustento a la lógica económica. La Revolución Marginal de finales del siglo XIX trató de crear un soporte matemático de las "fuerzas" económicas imitando el método de las ciencias experimentales. A partir de la revolución marginal la economía comenzaba a entenderse de manera similar a un modelo físico, con fuerzas actuando sobre los distintos aspectos de la realidad económica. Los agentes económicos (economías domésticas, empresas, el estado) actúan en esos modelos de la misma manera que el extremo de un péndulo sometido a la ley de la gravedad y la tensión de la cuerda que lo sostiene.

A comienzos del siglo XX, la figura de Keynes supuso un revulsivo en la Teoría Económica. De alguna manera señaló que los equilibrios matemáticos dibujados sobre el papel por los marginalistas no tenían por qué darse en la realidad, por lo menos en el corto plazo. Señaló que eran posibles situaciones de equilibrio sin pleno empleo. Revolucionó la Teoría económica desde ángulos completamente nuevos. Pero en Keynes los agentes económicos no dejan de ser la misma masa pendiente del péndulo aunque esa masa a corto plazo no tienda al equilibrio.

Hasta ese momento, para los economistas, los agentes económicos eran miopes. Actuaban racionalmente y por su propio interés enfrentados solamente a las opciones que tenían delante en cada momento. Sin embargo, sabemos que ésto no es así. Las personas tienen expectativas. La expectativas ante el futuro condicionan nuestras decisiones hoy, y éste hecho no pasó desapercibido.

En los años 40 y 50 podemos señalar el nacimiento del monetarismo. El máximo exponente del mismo fue M. Friedman que además de economista era un excelente estadístico. Friedman es el padre de las "expectativas adaptativas", esto es, incluyó en sus modelos las expectativas de los sujetos de tal manera que los mismos van corrigiendo sus previsiones dependiendo de los errores cometidos en el pasado. Por ejemplo, si el año pasado calculé una inflación inferior a la que realmente se produjo incrementaré mi previsión de inflación para el futuro. La introducción de las expectativas en los modelos económicos tuvo un papel señalado, ya que por primera vez la "credibilidad" de la política económica pasa a tener relevancia.

En los años 70 nos encontramos Robert Lucas formula su famosa "crítica de Lucas", que desde luego es un mazazo para aquellos que entendían la macroeconomía como una mera búsqueda de relaciones estadísticas entre variables. Para Lucas es vital que los modelos macroeconómicos tengan una sólida fundación microeconómica que permitan dar cuenta de los cambios en los parámetros anteriormente vistos como estructurales. Por poner un ejemplo, para Lucas no sería válida una epidemiología ("los que comen galletas de coco tienen un mayor riesgo de padecer cáncer de próstata") sin una fundamentación sólida de por qué se producen esas relaciones. Es la base de la fundamentación microeconómica de la macroeconomía, que se había apoyado (tal vez en exceso) en las propiedades emergentes y demasiado poco en el porqué de las mismas.

Con Lucas, Muth, Sargent y Wallace llegó otra revolución. La de las "expectativas racionales". Ahora sabemos que los agente no cometen errores sistemáticos. Los agentes económicos son capaces de hacer conjeturas sobre el futuro más acertadas. La forma de introducir ésto en los modelos económicos es suponer que los agentes pertenecientes al modelo lo conocen y creen que sus predicciones son válidas. En la medida que estos modelos, asumida la crítica de Lucas, son válidos, el papel de la credibilidad de la política económica es todavía de mayor importancia que las propias medidas que se vayan a poner en marcha. De hecho, si los economistas que desarrollaron la teoría de las expectativas racionales están en lo cierto, la efectividad de la política económica está en entredicho, y lo único que pueden hacer nuestros gobernantes es tratar de que recobremos nuestra confianza en el futuro.

P.S.- Casualidades de la vida, ayer publicó Krugman en su blog algo relativo a Lucas y a lo que acabo de contar. Krugman está mucho más documentado que yo aunque creo que el hecho de haber "luchado" en esa guerra puede hacer que su opinión esté un poco sesgada. Habría también que escuchar a los seguidores de Lucas.



viernes, 23 de septiembre de 2011

Balonazos

Si tuviésemos que describir un balón de fútbol a alguien que no lo haya visto nunca probablemente lo definiríamos como un objeto de forma esférica y del tamaño y peso adecuados. Sin embargo, mediante esa descripción estaremos "ocultando" una de las características esenciales del balón de fútbol y es precisamente que NO es perfectamente esférico. El hecho de que tenga irregularidades, costuras, en su superficie es precisamente lo que permite que el balón tome efecto, haga botes extraños y en definitiva permita a jugadores habilidosos lucirse haciendo que el balón siga trayectorias imposibles para una esfera perfecta.

Los economistas también jugamos con balones... esféricos sobre el papel pero no tan perfectos en la vida real. La eficiencia de los mercados, por ejemplo, es un bonito balón esférico. Sin embargo, como ya demostraron Stiglitz y Grossman la eficiencia plena de los mercados es imposible en presencia de información asimétrica, o más bien, en el caso de que la información tenga un coste. Llegados a este punto quiero hacer dos matizaciones:

1) Que el mercado no sea perfectamente eficiente no significa que otro sistema de asignación de recursos (planes quinquenales, planificación estatal, etc.) lo vaya a ser más. De hecho, dado que la información que maneja el planificador es todavía menor y más imperfecta que la de los agentes que participan en el mercado la asignación será todavía más ineficiente como bien se han encargado de demostrar todos los ejemplos en la Historia de economías dirigidas.

2) Que el balón no sea perfectamente esférico no significa que no se comporte habitualmente como una esfera y que no podamos utilizar el modelo esférico para describir el 99% de su comportamiento. Cuando deseemos explicar un efecto al sacar un corner tendremos que ampliar el modelo.

En general la información no es perfecta. Existen asimetrías y existen oportunidades para aprovecharlas. El problema en muchas ocasiones lo constituye el llamado riesgo moral o en inglés moral hazard. Se da una situación de riesgo moral cuando un individuo no está expuesto a las consecuencias de sus acciones y cambia su forma de actuación por este hecho.

El riesgo moral está en todas partes. Los bancos durante la actual crisis han tomado posiciones de elevado riesgo sabiendo que el Estado no les dejaría caer. Pero los depositantes también hemos supuesto siempre que el Fondo de Garantía de Depósitos cubriría nuestros ahorros y que no vale la pena molestarse en buscar un "buen banco" para confiarle nuestros ahorros ya que nunca se le permitiría quebrar y quedarnos sin nuestro dinero...

Las situaciones de riesgo moral son cotidianas y además son completamente irregulables: ¿conducimos con más descuido si tenemos el coche asegurado a todo riesgo? ¿cogemos sólo lo que vamos a comer en un buffet libre? ¿apagamos las luces cuando nos vamos de nuestro lugar de trabajo? La solución no está en regular cada aspecto de nuestra vida sino en la ética individual. Lamentablemente parece que eso cada vez vale menos y el valor de la palabra dada todavía menos que una firma en una servilleta de papel...


martes, 13 de septiembre de 2011

Aclarando algunos conceptos

Llego a través de @Joaquin_Sevilla a la traducción en El País de la columna de Krugman del pasado domingo.

Krugman dice lo que dice y desde luego no seré yo quien lleve la contraria a una persona evidentemente lúcida y coherente aunque no sea precisamente de mi cuerda. Yo compro lo que dice Krugman, de la misma manera que compro otras ideas y trato de hacerme una idea aproximada del diagnóstico de un problema ciertamente complejo. Sin embargo creo que no todo el mundo entiende lo que Krugman está diciendo, razón por la que me permito hacer algunas precisiones que me parecen importantes tanto de lo que Krugman afirma, de lo que ha ido afirmando y diciendo en su blog, como de cuestiones que elude con mucha habilidad dialéctica.

Lo primero que me llama la atención (querido Joaquín) es que se interprete la crítica de Krugman como una crítica a otros economistas. Eso Krugman lo hace a menudo pero no en este artículo: ataca a los DIRIGENTES europeos, esto es, a nuestros políticos. Y creo que tiene razón. ¿O acaso alguien piensa que Merkel no está haciendo cálculos electorales?

Critica la actuación del Banco Central Europeo por no hacer lo que debería hacer en este momento. Sin embargo, el Banco Central Europeo, siendo como es una entidad que atesora un enorme poder de origen no "democrático" (no nos asustemos, a los jueces tampoco los elegimos y tienen un enorme poder también) está regulado por unos estatutos que limitan y condicionan su capacidad de actuación. En concreto, el objetivo del BCE fijado en el artículo segundo de sus estatutos indica que su objetivo es garantizar la "estabilidad de precios"... cosa que está haciendo... ¡lamentablemente!. El sistema de la Reserva Federal estadounidense tiene como objetivo el crecimiento económico. El BCE no. Y el BCE no puede, ni debe, actuar como un ministerio de Economía europeo actuando a su libre albedrío. ¿Es necesario refundar el BCE?. Probablemente sí. Y eso significa, casi, refundar la bases del euro.

Krugman hace referencia a la responsabilidad fiscal española con sus épocas de superávit y de déficit y señala como principal diferencia con el Reino Unido nuestra perdida autonomía monetaria por permanecer en el euro. Es cierto que de contar con nuestra propia moneda la situación sería distinta. Bastaría con preguntar a Carlos Solchaga qué hizo en 1993. Desgraciadamente, la devaluación ahora no es posible.

Pero Krugman no sólo ha dicho ésto. Ha dicho muchas más cosas (y algunas cuyo enlace no encuentro). Krugman dice que el crecimiento de nuestros costes laborales nos hace poco competitivos y que esto significa alto y duradero desempleo. Lo cierto es que en plena crisis, y con las listas del desempleo cada vez más pobladas los costes laborales no han seguido esa trayectoria. Nuestra legislación laboral franquista tampoco ayuda mucho.

Krugman, como buen keynesiano, piensa que un incremento del gasto público puede reactivar la economía. Aunque algo de eso se ha hecho (Plan E en España y estímulos parecidos en USA) para él han sido insuficientes. No digo que no. La crisis es tan fuerte que es posible que el esfuerzo no haya sido tan intenso cómo era necesario. El problema es que el gasto público hay que financiarlo. Si nuestro gobierno tuviera la máquina de hacer billetes podría hacerlo con el añadido coste del impuesto inflacionario. Pero no la tiene.

Quedan dos alternativas para financiar un mayor gasto: vía impuestos o tomando dinero a préstamo. La vía impositiva tiene sus límites: de la misma manera que un incremento del gasto estimula la economía un incremento de impuestos la frena. Seguramente es precisa una reforma fiscal pero no creo que sea fácil mejorar mucho la recaudación impositiva sin causar graves distorsiones. Bueno.. haciendo las cuentas del gran capitán que hace Vicenç Navarro tal vez sí, pero me temo que la opinión del Sr. Navarro es algo así como la fusión fría (para que los físicos me entiendan). 

Para tomar dinero a préstamo hay que convencer a quien presta de que seremos capaces de devolverlo... y éste es el problema. No se trata del nivel actual de deuda. Se trata de las perspectivas futuras de crecimiento de la misma, de las posibilidades de crecimiento (y en consecuencia de capacidad de devolución de la misma), de los compromisos futuros... ¿Por qué se ha reformado la constitución con un límite de déficit operativo sólo a partir de 2020 si nuestro problema es hoy? Porque se trata de convencer a quienes nos prestan dinero de que seremos capaces de devolver nuestra deuda no hoy, sino en el futuro. Por eso se amplía la edad de jubilación ahora para dentro de... un montón de años... para que la evolución prevista de nuestras arcas públicas permita vislumbrar un escenario de SOLVENCIA. Esto no lo dice Krugman. Él sólo dice que el euro es una idea muy mala porque podríamos resolver nuestros problemas devaluando.

No estamos en una situación sencilla. La solución óptima no es factible. Tenemos que decidir de entre las soluciones posibles, cuál es la mejor. Ojalá estuviéramos como Suecia, pero nos llevan 90 años de ventaja. Hace mucho que ellos limitaron el déficit constitucionalmente.



domingo, 11 de septiembre de 2011

Haciendo amigos

Estos datos pueden localizarse en la página del INE en la última Encuesta sobre Tiempo de Trabajo que lamentablemente es del 2000. Sólo los fríos y objetivos números. Nada más:



Jornada efectiva
TOTAL ACTIVIDADES 1595,4
TOTAL INDUSTRIA 1681
C.- Industrias extractivas: Total 1592,4
D.- Industria manufacturera 1685,2
E.- Producción y distribución de energía eléctrica, gas y agua 1623,9
TOTAL CONSTRUCCIÓN 1688,2
G.- Comercio, reparación de vehículos a motor, motocicletas y ciclomotores y artículos personales y 1636
H.- Hostelería: Total 1497,1
I.- Transporte, almacenamiento y comunicaciones: Total 1657,7
J.- Intermediación financiera: Total 1596,8
K.- Actividades inmobiliarias y de alquiler servicios empresariales 1548,6
M.- Educación: Total 1154,8
N.- Actividades sanitarias y veterinarias, servicios sociales: Total 1528,5
O.- Otras actividades sociales y de servicios prestados a la comunidad 1488,7