jueves, 15 de diciembre de 2011

Heterodoxia económica

Ayer estuve escuchando la charla que Stephen Marglin dio en el marco del movimiento Occupy Harvard. Llegué a él a través del blog de Greg Mankiw y es francamente interesante. Marglin es un crítico feroz de lo que él llama "mainstream economics" o pensamiento predominante. Sin embargo es un crítico razonable.

Marglin se sorprende de lo similares que son todos los manuales de Teoría Económica, independientemente de la ideología de su autor. Algunos interpretamos que existe una base de conocimiento sólidamente fundamentada y que aúna un consenso en cuanto a su validez al margen la ideología política de quien escribe. Sin embargo Marglin no opina ésto. Él cree que existe una metaideología previa que nos hace aceptar la validez de los métodos y supuestos tradicionales, ortodoxos, y que es posible dar otros enfoques radicalmente distintos y bien fundamentados (como él mismo dice el enfoque marxista o la crítica que emana de la doctrina social católica).

Creo que tiene razón desde un punto de vista filosófico, de la misma manera que entre los científicos existe una metaideología que les hace pensar que el Universo es cognoscible y que sus leyes pueden expresarse matemáticamente. Pensar que el fenómeno de la gravedad (o cualquier otro fenómeno físico) pueda expresarse matemáticamente no deja de ser una creencia. Eso sí... una creencia con un éxito abrumador tanto es sus aplicaciones prácticas como en su número de "adeptos".

Pero hay algo en la charla de Marglin que hace que me caiga bien. Afirma que su asignatura comienza con una alta dosis de teoría económica convencional, para después pasar a las críticas. ¿Por qué? Da tres razones.

La primera es que la economía tradicional proporciona un importante punto de vista para estar y conocer el mundo. Él reclama que no es el único, pero reconoce su relevancia. Dice que no es un espantapájaros ("straw man") lo que tiene enfrente sino que tiene un importante fundamento.

La segunda es que no se puede criticar lo que no se conoce. Afirma que el 99% de las críticas hacia la economía tradicional provienen de gente que "literalmente" no sabe de qué está hablando. Esto es exactamente lo que motivó mis dos anteriores entradas en este blog: para criticar algo ¡entérate de qué estás criticando!. Creo que tanto a Marglin como a mí nos molestan mucho los indocumentados que están en nuestro bando.

La tercera razón es que la economía tradicional es el lenguaje común. Él lo define como el lenguaje del poder y lo equipara con ser capaz de hablar inglés. A mí no me gusta eso del "lenguaje del poder" pero desde luego sí que existe toda una acuñación de definiciones, términos, significados que es preciso dominar para realizar una buena crítica.

Seguramente no estoy de acuerdo con Marglin en muchas cosas (soy bastante ortodoxo) pero desde luego me interesaría mucho saber qué tiene que decir sobre diversas cuestiones. Y me interesa saberlo por una razón: porque serán cuestiones documentadas, razonadas y en el mismo idioma. Una buena crítica es posible, es legítima y es importante. Una buena crítica hace al edificio más sólido.

jueves, 8 de diciembre de 2011

Cansado de falacias


¡ALERTA DE TOCHO! 

(Esto es un tocho de cuidado. Me hubiera gustado dejar esto en algo más breve pero de hecho he tenido que eliminar un montón de ejemplos e información. Tal vez otro día... poco a poco...)

A veces las conclusiones son anteriores a los argumentos. Es humano: primero intuímos un resultado o una conclusión y después buscamos cómo justificarlos. En esos casos da igual la evidencia que presentemos o mostremos: quien así razona jamás admitirá que un error en el razonamiento invalide la conclusión. Por ello, no resulta interesante y puede resultar incluso contraproducente discutir con un integrista: enfrentado ante la debilidad de sus argumentos un integrista seguirá buscando la más mínima evidencia que soporte sus creencias y cada vez resultará más difícil rebatir sus posiciones... no por acertadas sino por rebuscadas e incontrastables. Cada vez que estimulamos a un integrista a buscar nuevos argumentos hacemos un flaco favor a quienes a él se acercan: si sus argumentos son pueriles existe la posibilidad de que algunos miembros de la secta la abandonen ante la ausencia de solidez intelectual. Si los argumentos se vuelven complejos, bañados en interpretaciones conspiranoicas, citas de filósofos muertos, oscuros episodios de gente desconocida, ataques ad hominem y a convertir la anécdota en categoría cada vez será más difícil ofrecer una vía de escape a quien se acerque con honestidad a los problemas pero haya caído en manos de estos estafadores intelectuales.

Hay especialistas en hacer collages a base de fotografías. Cada elemento del collage representa una imagen cierta, un determinado aspectos de la realidad retratado en un momento y lugar concretos. A partir de ahí, es posible construir con pequeños trozos de realidad una imagen más grande completamente falsa. El creador del collage invitará a analizar cada fotografía empleada demostrando su realidad para argumentar la realidad del cuadro. Y lo cierto es que cada una de las imágenes no dice absolutamente nada sobre el conjunto, por más que lo repitamos miles de veces.

Todos los días muere gente en un quirófano. A veces incluso en intervenciones triviales. Un muerto en una mesa de operaciones no es, desde luego, un argumento a favor de la cirugía. Sin embargo hay quien pretende convertir un hecho similar en un argumento a favor de las terapias alternativas. ¡NO!. Que la medicina tenga sus fracasos, no es un argumento a favor de las flores de Bach. El “iluminado” podrá alertarnos sobre la peligrosidad del filo cortante del bisturí y lo nefasto que resulta tener el abdomen abierto en canal pretendiendo señalar la maldad de la cirugía. Y es cierto... no es bueno que a uno lo abran en canal... pero es un mal menor para conseguir un objetivo superior: extirpar un tumor. En cualquier caso, pese a que la cirugía tenga sus fracasos, eso jamás supondrá un argumento a favor de terapias fraudulentas. Y argumentar así supone también un fraude intelectual. Sobre todo si se miente a conciencia.

¿Por qué digo todo esto? Porque me duele por las personas con inquietudes y aptitudes intelectuales que han decidido dedicar su vida a lo que les gusta y que no tienen tiempo ni ganas de averiguar la verdad en disciplinas que no son la suya. Por ellos, y no por los estafadores originales, es por lo que creo que es necesario denunciar las falsedades que a veces se vierten y a las que se da eco. No quiero sacar conclusiones sobre el final de todo... no me siento capaz. Lo que creo que sí es importante es señalar con el dedo a quien utiliza la falacia como argumento.

Dicho ésto paso a comentar un artículo publicado en Gara de Ignacio Ramonet. Trataré de contestar a algunos sus argumentos, señalando que una de dos: o es un indocumentado o miente a conciencia. Que el lector saque sus propias conclusiones.

Vayamos por partes:

(...) Para tener una idea de su colosal fuerza [de los mercados] basta comparar dos cifras: cada año, la economía real (empresas de bienes y de servicios) crea, en todo el mundo, una riqueza (PIB) estimada en unos 45 billones [millones de millones] de euros. Mientras que, en el mismo tiempo, a escala planetaria, en la esfera financiera, los «mercados» mueven capitales por un valor de 3.450 billones de euros. O sea, setenta y cinco veces lo que produce la economía real...
Consecuencia: ninguna economía nacional, por poderosa que sea (Italia es la octava economía mundial), puede resistir los asaltos de los mercados cuando éstos deciden atacarla de forma coordinada (...).
Lo primero que me sorprende son las cifras y la falta de fuentes. Pero no importa: las daremos por buenas aunque no sé exactamente a qué magnitud se refiere la cifra de lo que “mueven” los mercados. Para explicar este punto comenzaré con un ejemplo que todo el mundo entenderá. Yo tengo un pequeño acuario en casa, de 25 litros. En él viven 3 peces y sólo de vez en cuando les cambio el agua parcialmente. Para que el agua se mantenga estable necesito filtrarla, razón por la que hay una pequeña bomba impulsora que la hace circular a través de un material filtrante y la mantiene limpia. Pues bien, la bomba de mi acuario hace circular 250 litros a la hora. Esto equivale a nada más y nada menos que ¡6.000 litros al día!. ¿Qué tiene que ver la velocidad de circulación del agua con la capacidad de mi acuario? Nada. Si mi bomba comenzase a sacar agua de mi acuario.... ¿cuánta caería al suelo: 25 litros o 6000? Dejo al lector avispado la respuesta a esta pregunta.

De hecho, por una igualdad contable la cantidad de dinero en circulación (masa monetaria) multiplicada por el número de veces que cambia de mano ya es igual al PIB. Y sólo estamos hablando del dinero contante y sonante utilizado en las transacciones comerciales corrientes.

Los mercados financieros mueven activos de muy distintos tipos y a todos los niveles multiplicando la “cantidad de agua” que pasa por el filtro sin que la cantidad de agua del acuario se vea afectada de forma importante. Cada vez que alguien compra o vende una acción en bolsa “mueve” dinero. Hoy compro una acción. Mañana la vendo. Pasado mañana compro otra. Eso no quiere decir que yo pueda comprar la acción de hoy y la de pasado mañana simultáneamente: es el mismo dinero que entra y sale una y otra vez. Supongo que hay quien querrá ver que hay algo malo en eso, de la misma manera que en el ejemplo anterior sobre la cirugía hay quien querrá ver que es malo dejar a alguien inconsciente para abrirle el abdomen con un instrumento cortante.

Vamos a poner un ejemplo real, pero que espero que sea sencillo de entender:

Los bancos y cajas europeos (y de gran parte del mundo) están obligados a mantener un determinado nivel de liquidez en sus balances (coeficientes de caja, reservas mínimas, etc.). A veces, en la operativa diaria los bancos pueden quedar por debajo de dichos requerimientos por lo que necesitan “dinero en efectivo” para satisfacerlos. En teoría podrían (y de hecho lo hacen) acudir al mercado interbancario a un día, tomar el dinero prestado de otro banco al que le sobre efectivo y cuadrar las cifras. También pueden acudir al Banco Central Europeo y hacer una operación bilateral: en términos sencillos, el banco pone a disposición del BCE en forma de garantía un activo financiero (por ejemplo deuda pública en su poder) con el correspondiente “recorte” (el BCE no va a aceptar por ejemplo deuda griega por su valor nominal) y a cambio le presta la liquidez a un día. Al día siguiente la operación debe deshacerse, multiplicando por dos el dinero que se “mueve”. A veces estas operaciones se hacen a plazos más largos: de una semana a tres meses. Las operaciones de liquidez a un día que realiza diariamente el BCE suponen cerca de un 10% de su balance, lo que significa un 10% de todos los billetes y monedas que hay en circulación en toda la Unión Monetaria. Si el año tiene 250 días hábiles vemos cómo solamente con las necesidades de financiación a un día del BCE se “mueve” un importe equivalente a 25 veces todos los billetes y monedas emitidos sólo en un año. Podríamos seguir detallando operaciones de mercados financieros que “mueven” muchísimo dinero como el filtro del acuario... una y otra vez el mismo y sin posibilidad de que en ningún momento se mueva todo a la vez.

Es importante percatarse, para no sacar conclusiones equivocadas, de que el BCE no “presta” a los bancos: les cambia activos elegibles (no todo vale) por liquidez con un horizonte en el cual la operación debe deshacerse. El banco paga al BCE por esta operación un tipo de interés relativamente bajo, pero vemos cómo no tiene ningún sentido lo que afirma el Sr. Ramonet:

Estos establecimientos, por lo demás, consiguen fácilmente dinero del Banco Central Europeo al 1,25% de interés, y se lo prestan a países como, por ejemplo, España o Italia, al 6,5%... De ahí la importancia desmesurada y escandalosa de las tres grandes agencias de calificación (Fitch Ratings, Moody's y Standard & Poor's) pues de la nota de confianza que atribuyen a un país depende el tipo de interés que pagará éste por obtener un crédito de los mercados. Cuanto más baja la nota, más alto el tipo de interés.

Si esto fuese así.... ¿cómo podría haber entidades de crédito en dificultades? ¿Por qué pagan ahora los depósitos al 4 y 4,5%? ¿A alguien le suena el concepto de “disonancia cognitiva”?.

Para empezar, como hemos dicho, los bancos (en Europa 1.700 entidades de crédito pueden acudir a la mayor parte de operaciones del BCE) no toman dinero a préstamo, sino que tienen que disponer ya en su balance de deuda pública (u otros activos que el BCE considere lo suficientemente sólidos) e intercambiarla por dinero. Algo parecido a cómo funciona una casa de empeños, con la diferencia de que es obligatorio desempeñar después. Es fácil ver que la operación que se plantea en el párrafo anterior no sólo no es posible sino que además es de una ingenuidad insultante. Todo esto sin mencionar los plazos... no es lo mismo un 1,25 con vencimiento a 3 meses que un 6,5% con vencimiento a 10 años... pero éste es un detalle menor.

Pero me temo que todo esto no importa nada. Si los argumentos son falaces buscaremos otros para apoyar la idea final de que en realidad los mercados financieros internacionales y la economía están dirigidas a coro por señores con chistera y fumando en puro y por los orcos de Mordor. No importa que todo el argumento se construya a base de mentiras. Espero que por lo menos alguien no se crea todo lo que lee. Tampoco lo que yo dejo escrito.

Si alguien está interesado en consultar cómo funciona ésto del sistema monetario europeo yo no soy ningún experto pero he utilizado como referencia los siguientes documentos:
y

lunes, 21 de noviembre de 2011

Conocimiento y estafas

Tenemos toda la información al alcance de los dedos (o eso pensamos). Podemos en todo momento documentarnos sobre cualquier tema, desde la desaparición del atún rojo en el Mediterráneo hasta los resultados de las últimas elecciones legislativas en Hungría. Tenemos la información pero carecemos del conocimiento.

Esta idea no es nueva en absoluto, pero acabo volviendo a ella una y otra vez. El conocimiento cuesta adquirirlo. El conocimiento requiere tiempo y esfuerzo. Ver un documental sobre las ballenas en National Geographic no nos convierte en expertos en el tema. Saber algo sobre ballenas probablemente requiera años de estudio, y no sólo sobre ballenas sino sobre la química del medio marino, sobre biología, anatomía, fisiología... ¡qué se yo! No sé ni siquiera qué tendría que saber para poder ser considerado un experto en ballenas: me falta hasta el léxico.

Normalmente cuando uno arranca con una nueva disciplina necesita familiarizarse con el léxico y con definiciones y conceptos fundamentales, en definitiva, con el campo semántico. Y eso requiere tiempo y estudio. Por eso algunos nos enfadamos, y creo que con razón, cuando la gente habla utilizando los términos de forma incorrecta y de oidas. Entiendo que el físico se enfade cuando oye hablar de "energías positivas y negativas" a un sanador charlatán. Lo mismo nos ocurre a los economistas cuando leemos o escuchamos a gente que pretende hablar de economía sin haberse molestado en estudiarla nunca y rechazando todo conocimiento académico porque "son problemas que deben ser abordados desde la política". Cuando alguien opina sobre las rentas del capital y no es capaz de definir el capital hace lo mismo que el chamán cuando habla de la energía negativa y no sabe definir la energía. A partir de ese punto es fácil concluir que la charla del chamán será pura palabrería.

No. No niego el papel de la politica en cuanto a la orientación que puede darse a la solución de algunos problemas. A lo que me niego es a que la política ocupe el lugar de la academia porque no queremos perder el tiempo estudiando... "¿para qué, si ya lo sabemos todo?".  Cuando algo es obvio para quien no ha estudiado un problema y a los expertos les parece que ni es obvio ni es verdad a lo mejor deberíamos ser un poco más humildes. Mientras tanto habrá gente publicando panfletos de los que no dan notas ni referencia para no "aumentar innecesariamente el número de páginas", "expertos" que descalifiquen los datos por "no ser creíbles" y gente que habla de "financiarización" de la economía sin saber lo más elemental de cómo funciona el sistema financiero. Y ellos hablan de estafa... cuando la estafa SON ELLOS.

P.S.- Todo esto viene a cuento a raíz de que alguien a quien en realidad aprecio y considero una persona inteligente me recomendara leer estas dos cosas. En fin, son todavía muchísimo peores que el bodrio de Vicenç Navarro.

martes, 1 de noviembre de 2011

Historia de dos talleres

Esta es la historia de dos talleres. Se sitúan cada uno a cada lado de una calle. Los dos fabrican el mismo producto que venden al mismo precio a un comerciante del pueblo vecino.

El propietario del primer taller, el taller A, adquirió una máquina valorada en 180.000 euros, al 3% de interés. Es una máquina moderna y es capaz de producir 45 piezas a la hora, que se venderán a 1 euro en el mercado.

En el segundo taller, el taller E, su propietario adquirió una máquina más barata pero de una tecnología un poco más obsoleta. Esta máquina costó 150.000 euros pero sólo es capaz de producir 35 piezas a la hora, razón por la que trabajará más horas al año y la amortizaremos en menos tiempo: en 19 años. Como el banco no se fía mucho del propietario del taller E, le prestó dinero para comprar la máquina pero a un interés superior al del taller A: al 5%.

En ambos talleres trabaja un único empleado. El empleado del taller A trabaja de media 30 horas semanales por las que percibe un salario bruto anual del 32.500 euros. Viene a ser el 50% del valor total de la producción obtenida que son cerca de 65.000 piezas al año, que el propietario del taller vende por 65.000 euros. Las cuentas al final de año del taller A vienen a ser las siguientes:
  • Ingresos por ventas:                 65.000 €
  • Pago de salarios:                      -32.500 €
  • Intereses del préstamo:           -5.400 €
  • Amortización de la máquina: -9.000 €
  • Resultado bruto:                       18.100 €
El propietario del taller A dispone de 18.100 € anuales de los cuales tendrá que pagar una parte en impuestos. El resto podrá decidir si consumirlos o ahorrar y mejorar sus instalaciones todavía más.

En el taller E, sin embargo las cuentas no son tan boyantes. El trabajador del taller debe trabajar más horas, 35 semanales y percibe por ello un salario de 27.500 € anuales. A pesar de trabajar muchas más horas al año el taller E sólamente produce 58.000 piezas al año por lo que sus cuentas vienen a ser las siguientes:

  • Ingresos por ventas:                 58.000 €
  • Pago de salarios:                      -27.500 €
  • Intereses del préstamo:           -7.500 €
  • Amortización de la máquina: -7.900 €
  • Resultado bruto:                       15.100 €
Todos viven peor en el taller E. El trabajador mete más horas y están peor pagadas. El valor de lo que produce en una hora es prácticamente un 30% menos (35 frente a 45) de lo que produce el trabajador del taller A. Y no es culpa suya. Está exactamente igual de cualificado.

Enseguida vemos que la diferencia fundamental está en la máquina. La máquina del taller E está siendo utilizada con mucha intensidad y el valor de la producción por euro invertido (58.000 / 150.000 = 0,39) es superior al del taller A (65.000 / 180.000 = 0,35). La máquina del taller E está siendo bien utilizada (mejor incluso que la del taller A) pero es demasiado pequeña. Una máquina mayor permitiría aumentar la producción mejorando simultáneamente beneficios empresariales y las condiciones laborales del trabajador del taller.

Sin embargo, esto no es tarea fácil. Comprar una máquina mayor significa aumentar el stock de capital (el stock de capital es la suma de todos los medios de producción) ahorrando durante años. La incertidumbre respecto al futuro, la imposición sobre el patrimonio o sobre las rentas del capital pueden desincentivar al propietario del taller E a acometer las reformas necesarias para acercarse al modelo productivo del taller A, o en su caso, a ralentizarlas durante mucho tiempo.

Llegados a este punto, diré que el taller A es Alemania. El taller E, es España. Las producciones (65.000 y 58.000) son el PIB por empleado de ambos países. El valor de las máquinas es el stock de capital por empleado. Los años de amortización los he calculado a partir de los datos brutos de depreciación del capital fijo. Los salarios y número de horas anuales y valor de la producción por hora también son datos reales. Todos estos datos se pueden encontrar o calcular aquí navegando un poco. Los tipos de interés son los únicos datos del ejemplo que me he permitido "inventar". 

Tenemos un problema grave en España de acumulación de capital, de tamaño empresarial y en consecuencia de productividad total. Ignorarlo, adoptar medidas que dificulten el crecimiento del stock de capital (la inversión privada, en definitiva) no va a resolver la situación en la que nos encontramos. Aumentar la carga impositiva de las rentas del capital o volver al impuesto de patrimonio puede ser (no lo discuto) más o menos justo o equitativo. También nos aleja de la posibilidad de crecimiento que es la única posibilidad que tenemos de equipararnos con países como Alemania y es preciso ser consciente de ello. Espero que el ejemplo resulte ilustrativo.

viernes, 28 de octubre de 2011

Fuentes sustantivas y adjetivas.

Me gusta estar informado. Todos los días me doy una vuelta por dos o tres diarios online, me compro The Economist de vez en cuando (leerlo en detalle lleva más de una semana, que es la periodicidad con la que se publica), me gusta leer algunos blogs, tanto de gente que "me gusta" como de personas con opiniones totalmente opuestas a las mías.

Con el tiempo he ido filtrando fuentes de información. En dicho proceso me he dado cuenta de que hay dos tipos de fuentes: las sustantivas y las adjetivas... y que prefiero las sustantivas sea cual sea su sesgo ideológico.

Me resulta difícil hacer una definición clara de fuentes sustantivas y adjetivas, pero estoy seguro de que con un ejemplo se me entenderá con claridad. Fuentes adjetivas son aquellas que utilizan términos como los siguientes: capitalismo salvaje, neoliberalismo atroz, el dios mercado, la izquierda sanguinaria, la violencia huelguista o los perroflautas indignados.  Las fuentes sustantivas son las que hablarían de: capitalismo, neoliberalismo, el mercado, la izquierda, los huelguistas o los indignados.

Creo que quien no tiene nada sustantivo que decir, esto es, nada con sustancia, tiende a utilizar un lenguaje adjetivo que normalmente trata de ocultar su falta de fondo con excesos en la forma. Normalmente una fuente sustantiva aporta datos y los interpreta con un mayor o menor sesgo. Por el contrario una fuente adjetiva tiende a aportar datos sesgados.

miércoles, 26 de octubre de 2011

Algunas cosas sobre el dinero

Ayer daba un repaso a algunos blogs que de vez en cuando monitoreo y me encontré esto en el blog del economista de Harvard Greg Mankiw. En él propone un tema de discusión para sus alumnos basado en un cartel reivindicativo visto durante las recientes protestas de indignados en Estados Unidos. La reivindicación no es nueva y no es la primera vez que la veo por lo cual supongo que no es una ocurrencia de uno que pasaba por ahí.

En concreto, lo que se pide es un sistema monetario en el cual:
1.- Acabar con el dinero fiduciario basado en deuda
2.- Acabar con la reserva fraccionada de depósitos (coeficiente de caja) y con el tipo de interés compuesto
3.- Acabar con el sistema de Reserva Federal (con el banco central).

Le he dado muchas vueltas y me temo que el único sistema que cumple (y no siempre) esas demandas sería la eliminación del dinero tal y como lo conocemos y tal y como se ha conocido a lo largo de la historia. Básicamente significaría volver a una economía de trueque.

El dinero no es algo malo. Es algo que hasta donde yo sé ha surgido de una manera o de otra en todas las sociedades humanas de un determinado tamaño para resolver los problemas que genera una economía de trueque.

En un primer momento el dinero era un bien con utilidad en sí mismo (la sal o metales preciosos). Más adelante el dinero ha pasado a ser algo que no la tiene  (¿qué diferencia hay entre un billete de 500 euros y una octavilla anunciando un restaurante chino?) pero que cumple tres funciones principales:
- Unidad de cuenta: el valor de todos los demás bienes puede expresarse en unidades monetarias.
- Depósito de valor: el valor de mi trabajo, de mis rentas, de los bienes que he vendido lo puedo acumular en forma de dinero.
- Medio de intercambio: el dinero se puede utilizar para saldar deudas, tanto públicas como privadas.


Ahora el dinero es papel y anotaciones electrónicas en el ordenador de un banco. No es la primera vez en la historia que esto es así: la primera aparición del dinero de papel con naturaleza fiduciaria es en la China del siglo XI. Otro caso curioso de dinero con valor estrictamente convencional y que recuerda bastante a las "anotaciones electrónicas" es el del dinero de piedra de Yap.

La desaparición del coeficiente de caja significa, ni más ni menos, que los bancos no pueden prestar dinero. Ni mucho ni poco. Al final los bancos, de existir no serían más que cajas de seguridad donde depositar.... ¿qué?... Dinero en billetes no, que hemos dicho que no queríamos circulación fiduciaria...

También piden la desaparición del sistema de reserva federal. No tienen ni idea de lo "neoliberal" de esa proposición...

lunes, 10 de octubre de 2011

Cómo piensan los economistas

Solía decir mi abuela refiriéndose a una persona que no recuerdo: "Él ya ha entrado en la Universidad, pero desde luego, la Universidad no ha entrado en él". Imagino que es el caso de muchas personas, pero quiero pensar que a la mayoría el paso por la Universidad les (nos) ha dado una cierta impronta. Haber estudiado Economía te hace ver el mundo de una forma diferente, algo parecido a como un naturalista estudia un ecosistema. Creo que los siguientes puntos que he encontrado por ahí resumen bastante bien cómo piensa un economista. Ahí van:

1) Todo tiene un coste.

2) La gente tiene razones para elegir lo que elige. No es que la racionalidad sea perfecta ni que todo el mundo sea siempre perfectamente racional, pero normalmente hay explicaciones racionales de por qué la gente hace lo que hace. Una lectura muy interesante relacionada con esto para quien tienda a ser paternalista: Poor Economics

3) Los incentivos importan. La gente reacciona a los incentivos, tanto positivos como negativos. Tenerlos en cuenta es importante.

4) Cuando la gente intercambia bienes o servicios voluntariamente ambos salen ganando.

5) Pensar como un economista significa pensar en términos marginales.

6) El valor de las cosas depende de las elecciones de la gente. Las cosas no valen por lo que cuesta hacerlas sino por su escasez relativa y esta depende de su disponibilidad, de los gustos y en definitiva, de las elecciones de la gente.

7) Las acciones económicas tienen efectos secundarios. Siempre hay que pensar en los efectos o consecuencias positivas o negativas. Especialmente en el caso de que dichos efectos recaen sobre personas ajenas a la decisión económica en cuestión. Es muy interesante al respecto el siguiente texto de Sala i Martin.

8) La prueba de una teoría la proporciona su habilidad para predecir correctamente. La economía meramente dialéctica es un divertimento filosófico. La economía necesita contrastación empírica.

lunes, 3 de octubre de 2011

Las cuentas del Gran Capitán y la regla de tres

Corría el año 1506 cuando Gonzalo Fernández de Córdoba, el Gran Capitán, tomó Nápoles para la Corona de Aragón arrebatándosela a los franceses. Parece que los gastos de la campaña no fueron escasos y Fernando el Católico le exigió la presentación de unas cuentas detalladas. Ofendido, Fernández de Córdoba entregó una lista con conceptos absurdos y cantidades desmesuradas:
Por picos, palas y azadones, cien millones de ducados;
Por limosnas para que frailes y monjas rezasen por los españoles, ciento cincuenta mil ducados;
Por guantes perfumados para que los soldados no oliesen el hedor de la batalla, doscientos millones de ducados;
Por reponer las campanas averiadas a causa del continuo repicar a victoria, ciento setenta mil ducados;
y, finalmente, por la paciencia de tener que descender a estas pequeñeces del rey a quien he regalado un reino, cien millones de ducados.”


Cuatro siglos y medio después, me cuenta algún antiguo alumno de don Fabián Estapé, ilustre economista español, que solía éste decir que todas las matemáticas que un economista necesita se resumen en la “regla de tres”. (No sé si ésto es verdad, y en ese caso pido disculpas a don Fabián). La “regla de tres” la conoce todo el mundo y sus conclusiones tienden a ser aceptadas sin grandes reticencias: entrañan una lógica sencilla (lineal) y cualquiera puede “echar cuentas”. El problema es que muchas veces las relaciones no son lineales.

La utilización de la “regla de tres” en economía tiende a generar “cuentas del Gran Capitán”. Como ejemplo sirva éste.

sábado, 1 de octubre de 2011

Zombies

Parece que los zombies vuelven a estar de moda.

Hace ya varios años del famoso video Thriller de Michael Jackson y series como The Walking Dead o películas como Zombieland  llenan nuestras pantallas de esos seres horripilantes.

He de reconocer que mis zombies favoritos son los de Plan 9 from Outer Space, una de esas películas que es tan, pero tan, mala que se ha convertido en una película de culto. Francamente divertida si se ve en buena compañía. La primera vez que la vi fue en compañía de mi hermano. Recuerdo que se mareó ante la cutredad del cambio entre día y noche entre planos distintos de lo que se supone que ocurría en el mismo momento. El "Plan 9" tampoco tiene desperdicio: unos extraterrestres tratan de evitar que la humanidad haga un descubrimiento científico que destruirá el Universo. Para ello deben llamar la atención de los gobiernos de la Tierra y no se les ocurre nada mejor que revivir a los muertos conviertiéndolos en zombies. A todo esto sale un Bela Lugosi que no se sabe muy bien que pinta en toda la historia, una vampira, bueno... la verdad es que recomiendo verla, eso sí, para situarla bien recomiendo verla después de haber visto Ed Wood de Tim Burton.

Una de las cuestiones sobre zombies que no tengo del todo claro es si los zombies son conscientes de su situación. ¿Saben que están muertos?. Aparentemente no. Son seres sin mente, sin voluntad y no son conscientes de su estado.

Cada día me levanto por la mañana y me da la sensación de estar viviendo en Plan 9. Leer las noticias económicas, de política económica, rescates financieros y demás me parecen tan desquiciantes como el plan de revivir a los muertos para... ¿evitar la destrucción del Universo?. En cuanto a los zombies... creo que hay unos cuantos en el sector financiero (están muertos pero no se han enterado todavía) y bastantes entre el tejido empresarial. Sólo espero ser capaz de evitarlos ya que la proximidad de un zombie puede acabar siendo letal.

sábado, 24 de septiembre de 2011

Expectativas


Si en algún momento de la historia debemos señalar el nacimiento de la Economía probablemente este sea la publicación en 1776 de "La Naturaleza y Causa de la Riqueza de las Naciones" de Adam Smith. No es que nadie antes se hubiera ocupado del estudio de cuestiones económicas, pero tal vez hasta Adam Smith nadie lo hizo de una forma tan específica. Adam Smith era un filósofo, como la mayor parte de los primeros economistas, desde John S. Mill, David Ricardo, o Karl Marx.

En algún momento del siglo XIX (¿la publicación de "A General Mathematical Theory of Political Economy" de Jevons en 1863?) el desarrollo de la teoría económica pasó a utilizar la herramienta matemática como principal sustento a la lógica económica. La Revolución Marginal de finales del siglo XIX trató de crear un soporte matemático de las "fuerzas" económicas imitando el método de las ciencias experimentales. A partir de la revolución marginal la economía comenzaba a entenderse de manera similar a un modelo físico, con fuerzas actuando sobre los distintos aspectos de la realidad económica. Los agentes económicos (economías domésticas, empresas, el estado) actúan en esos modelos de la misma manera que el extremo de un péndulo sometido a la ley de la gravedad y la tensión de la cuerda que lo sostiene.

A comienzos del siglo XX, la figura de Keynes supuso un revulsivo en la Teoría Económica. De alguna manera señaló que los equilibrios matemáticos dibujados sobre el papel por los marginalistas no tenían por qué darse en la realidad, por lo menos en el corto plazo. Señaló que eran posibles situaciones de equilibrio sin pleno empleo. Revolucionó la Teoría económica desde ángulos completamente nuevos. Pero en Keynes los agentes económicos no dejan de ser la misma masa pendiente del péndulo aunque esa masa a corto plazo no tienda al equilibrio.

Hasta ese momento, para los economistas, los agentes económicos eran miopes. Actuaban racionalmente y por su propio interés enfrentados solamente a las opciones que tenían delante en cada momento. Sin embargo, sabemos que ésto no es así. Las personas tienen expectativas. La expectativas ante el futuro condicionan nuestras decisiones hoy, y éste hecho no pasó desapercibido.

En los años 40 y 50 podemos señalar el nacimiento del monetarismo. El máximo exponente del mismo fue M. Friedman que además de economista era un excelente estadístico. Friedman es el padre de las "expectativas adaptativas", esto es, incluyó en sus modelos las expectativas de los sujetos de tal manera que los mismos van corrigiendo sus previsiones dependiendo de los errores cometidos en el pasado. Por ejemplo, si el año pasado calculé una inflación inferior a la que realmente se produjo incrementaré mi previsión de inflación para el futuro. La introducción de las expectativas en los modelos económicos tuvo un papel señalado, ya que por primera vez la "credibilidad" de la política económica pasa a tener relevancia.

En los años 70 nos encontramos Robert Lucas formula su famosa "crítica de Lucas", que desde luego es un mazazo para aquellos que entendían la macroeconomía como una mera búsqueda de relaciones estadísticas entre variables. Para Lucas es vital que los modelos macroeconómicos tengan una sólida fundación microeconómica que permitan dar cuenta de los cambios en los parámetros anteriormente vistos como estructurales. Por poner un ejemplo, para Lucas no sería válida una epidemiología ("los que comen galletas de coco tienen un mayor riesgo de padecer cáncer de próstata") sin una fundamentación sólida de por qué se producen esas relaciones. Es la base de la fundamentación microeconómica de la macroeconomía, que se había apoyado (tal vez en exceso) en las propiedades emergentes y demasiado poco en el porqué de las mismas.

Con Lucas, Muth, Sargent y Wallace llegó otra revolución. La de las "expectativas racionales". Ahora sabemos que los agente no cometen errores sistemáticos. Los agentes económicos son capaces de hacer conjeturas sobre el futuro más acertadas. La forma de introducir ésto en los modelos económicos es suponer que los agentes pertenecientes al modelo lo conocen y creen que sus predicciones son válidas. En la medida que estos modelos, asumida la crítica de Lucas, son válidos, el papel de la credibilidad de la política económica es todavía de mayor importancia que las propias medidas que se vayan a poner en marcha. De hecho, si los economistas que desarrollaron la teoría de las expectativas racionales están en lo cierto, la efectividad de la política económica está en entredicho, y lo único que pueden hacer nuestros gobernantes es tratar de que recobremos nuestra confianza en el futuro.

P.S.- Casualidades de la vida, ayer publicó Krugman en su blog algo relativo a Lucas y a lo que acabo de contar. Krugman está mucho más documentado que yo aunque creo que el hecho de haber "luchado" en esa guerra puede hacer que su opinión esté un poco sesgada. Habría también que escuchar a los seguidores de Lucas.



viernes, 23 de septiembre de 2011

Balonazos

Si tuviésemos que describir un balón de fútbol a alguien que no lo haya visto nunca probablemente lo definiríamos como un objeto de forma esférica y del tamaño y peso adecuados. Sin embargo, mediante esa descripción estaremos "ocultando" una de las características esenciales del balón de fútbol y es precisamente que NO es perfectamente esférico. El hecho de que tenga irregularidades, costuras, en su superficie es precisamente lo que permite que el balón tome efecto, haga botes extraños y en definitiva permita a jugadores habilidosos lucirse haciendo que el balón siga trayectorias imposibles para una esfera perfecta.

Los economistas también jugamos con balones... esféricos sobre el papel pero no tan perfectos en la vida real. La eficiencia de los mercados, por ejemplo, es un bonito balón esférico. Sin embargo, como ya demostraron Stiglitz y Grossman la eficiencia plena de los mercados es imposible en presencia de información asimétrica, o más bien, en el caso de que la información tenga un coste. Llegados a este punto quiero hacer dos matizaciones:

1) Que el mercado no sea perfectamente eficiente no significa que otro sistema de asignación de recursos (planes quinquenales, planificación estatal, etc.) lo vaya a ser más. De hecho, dado que la información que maneja el planificador es todavía menor y más imperfecta que la de los agentes que participan en el mercado la asignación será todavía más ineficiente como bien se han encargado de demostrar todos los ejemplos en la Historia de economías dirigidas.

2) Que el balón no sea perfectamente esférico no significa que no se comporte habitualmente como una esfera y que no podamos utilizar el modelo esférico para describir el 99% de su comportamiento. Cuando deseemos explicar un efecto al sacar un corner tendremos que ampliar el modelo.

En general la información no es perfecta. Existen asimetrías y existen oportunidades para aprovecharlas. El problema en muchas ocasiones lo constituye el llamado riesgo moral o en inglés moral hazard. Se da una situación de riesgo moral cuando un individuo no está expuesto a las consecuencias de sus acciones y cambia su forma de actuación por este hecho.

El riesgo moral está en todas partes. Los bancos durante la actual crisis han tomado posiciones de elevado riesgo sabiendo que el Estado no les dejaría caer. Pero los depositantes también hemos supuesto siempre que el Fondo de Garantía de Depósitos cubriría nuestros ahorros y que no vale la pena molestarse en buscar un "buen banco" para confiarle nuestros ahorros ya que nunca se le permitiría quebrar y quedarnos sin nuestro dinero...

Las situaciones de riesgo moral son cotidianas y además son completamente irregulables: ¿conducimos con más descuido si tenemos el coche asegurado a todo riesgo? ¿cogemos sólo lo que vamos a comer en un buffet libre? ¿apagamos las luces cuando nos vamos de nuestro lugar de trabajo? La solución no está en regular cada aspecto de nuestra vida sino en la ética individual. Lamentablemente parece que eso cada vez vale menos y el valor de la palabra dada todavía menos que una firma en una servilleta de papel...


martes, 13 de septiembre de 2011

Aclarando algunos conceptos

Llego a través de @Joaquin_Sevilla a la traducción en El País de la columna de Krugman del pasado domingo.

Krugman dice lo que dice y desde luego no seré yo quien lleve la contraria a una persona evidentemente lúcida y coherente aunque no sea precisamente de mi cuerda. Yo compro lo que dice Krugman, de la misma manera que compro otras ideas y trato de hacerme una idea aproximada del diagnóstico de un problema ciertamente complejo. Sin embargo creo que no todo el mundo entiende lo que Krugman está diciendo, razón por la que me permito hacer algunas precisiones que me parecen importantes tanto de lo que Krugman afirma, de lo que ha ido afirmando y diciendo en su blog, como de cuestiones que elude con mucha habilidad dialéctica.

Lo primero que me llama la atención (querido Joaquín) es que se interprete la crítica de Krugman como una crítica a otros economistas. Eso Krugman lo hace a menudo pero no en este artículo: ataca a los DIRIGENTES europeos, esto es, a nuestros políticos. Y creo que tiene razón. ¿O acaso alguien piensa que Merkel no está haciendo cálculos electorales?

Critica la actuación del Banco Central Europeo por no hacer lo que debería hacer en este momento. Sin embargo, el Banco Central Europeo, siendo como es una entidad que atesora un enorme poder de origen no "democrático" (no nos asustemos, a los jueces tampoco los elegimos y tienen un enorme poder también) está regulado por unos estatutos que limitan y condicionan su capacidad de actuación. En concreto, el objetivo del BCE fijado en el artículo segundo de sus estatutos indica que su objetivo es garantizar la "estabilidad de precios"... cosa que está haciendo... ¡lamentablemente!. El sistema de la Reserva Federal estadounidense tiene como objetivo el crecimiento económico. El BCE no. Y el BCE no puede, ni debe, actuar como un ministerio de Economía europeo actuando a su libre albedrío. ¿Es necesario refundar el BCE?. Probablemente sí. Y eso significa, casi, refundar la bases del euro.

Krugman hace referencia a la responsabilidad fiscal española con sus épocas de superávit y de déficit y señala como principal diferencia con el Reino Unido nuestra perdida autonomía monetaria por permanecer en el euro. Es cierto que de contar con nuestra propia moneda la situación sería distinta. Bastaría con preguntar a Carlos Solchaga qué hizo en 1993. Desgraciadamente, la devaluación ahora no es posible.

Pero Krugman no sólo ha dicho ésto. Ha dicho muchas más cosas (y algunas cuyo enlace no encuentro). Krugman dice que el crecimiento de nuestros costes laborales nos hace poco competitivos y que esto significa alto y duradero desempleo. Lo cierto es que en plena crisis, y con las listas del desempleo cada vez más pobladas los costes laborales no han seguido esa trayectoria. Nuestra legislación laboral franquista tampoco ayuda mucho.

Krugman, como buen keynesiano, piensa que un incremento del gasto público puede reactivar la economía. Aunque algo de eso se ha hecho (Plan E en España y estímulos parecidos en USA) para él han sido insuficientes. No digo que no. La crisis es tan fuerte que es posible que el esfuerzo no haya sido tan intenso cómo era necesario. El problema es que el gasto público hay que financiarlo. Si nuestro gobierno tuviera la máquina de hacer billetes podría hacerlo con el añadido coste del impuesto inflacionario. Pero no la tiene.

Quedan dos alternativas para financiar un mayor gasto: vía impuestos o tomando dinero a préstamo. La vía impositiva tiene sus límites: de la misma manera que un incremento del gasto estimula la economía un incremento de impuestos la frena. Seguramente es precisa una reforma fiscal pero no creo que sea fácil mejorar mucho la recaudación impositiva sin causar graves distorsiones. Bueno.. haciendo las cuentas del gran capitán que hace Vicenç Navarro tal vez sí, pero me temo que la opinión del Sr. Navarro es algo así como la fusión fría (para que los físicos me entiendan). 

Para tomar dinero a préstamo hay que convencer a quien presta de que seremos capaces de devolverlo... y éste es el problema. No se trata del nivel actual de deuda. Se trata de las perspectivas futuras de crecimiento de la misma, de las posibilidades de crecimiento (y en consecuencia de capacidad de devolución de la misma), de los compromisos futuros... ¿Por qué se ha reformado la constitución con un límite de déficit operativo sólo a partir de 2020 si nuestro problema es hoy? Porque se trata de convencer a quienes nos prestan dinero de que seremos capaces de devolver nuestra deuda no hoy, sino en el futuro. Por eso se amplía la edad de jubilación ahora para dentro de... un montón de años... para que la evolución prevista de nuestras arcas públicas permita vislumbrar un escenario de SOLVENCIA. Esto no lo dice Krugman. Él sólo dice que el euro es una idea muy mala porque podríamos resolver nuestros problemas devaluando.

No estamos en una situación sencilla. La solución óptima no es factible. Tenemos que decidir de entre las soluciones posibles, cuál es la mejor. Ojalá estuviéramos como Suecia, pero nos llevan 90 años de ventaja. Hace mucho que ellos limitaron el déficit constitucionalmente.



domingo, 11 de septiembre de 2011

Haciendo amigos

Estos datos pueden localizarse en la página del INE en la última Encuesta sobre Tiempo de Trabajo que lamentablemente es del 2000. Sólo los fríos y objetivos números. Nada más:



Jornada efectiva
TOTAL ACTIVIDADES 1595,4
TOTAL INDUSTRIA 1681
C.- Industrias extractivas: Total 1592,4
D.- Industria manufacturera 1685,2
E.- Producción y distribución de energía eléctrica, gas y agua 1623,9
TOTAL CONSTRUCCIÓN 1688,2
G.- Comercio, reparación de vehículos a motor, motocicletas y ciclomotores y artículos personales y 1636
H.- Hostelería: Total 1497,1
I.- Transporte, almacenamiento y comunicaciones: Total 1657,7
J.- Intermediación financiera: Total 1596,8
K.- Actividades inmobiliarias y de alquiler servicios empresariales 1548,6
M.- Educación: Total 1154,8
N.- Actividades sanitarias y veterinarias, servicios sociales: Total 1528,5
O.- Otras actividades sociales y de servicios prestados a la comunidad 1488,7

viernes, 19 de agosto de 2011